Además de las nuevas habitaciones individuales, el centro ha habilitado dos salas para el descanso de los acompañantes, una de ellas dotada con sillones y con una pequeña cocina con microondas y nevera.

La Unidad se creó en el año 2019 con 7 camas, y atiende anualmente a 200 pacientes con síntomas complejos y necesidades médicas, de enfermería, psicológicas y espirituales. Con esta ampliación los pacientes atendidos anualmente llegarán a 250.

La calidad de atención en la unidad se refleja, entre otros indicadores, en el grado de satisfacción de los pacientes y familias. La privilegiada ubicación de la Unidad, en la proximidad de la plaza de Cuatro Caminos, en el centro de Madrid, el reconocimiento de los  ciudadanos y el expresado interés de los profesionales en su ampliación ha llevado a la Consejería a realizar el esfuerzo presupuestario necesario para dotarla de los profesionales que ha permitido  completarla y a realizar las obras necesarias para dotar a las habitaciones, todas individuales, de los servicios necesarios tanto para los pacientes como para sus acompañantes.

La Comunidad de Madrid, a través del Servicio Madrileño de Salud garantiza la continuidad y el acceso a los cuidados paliativos a todos los madrileños de la región que los precisan, independientemente del lugar donde se encuentren, de su edad o patología.

En el año 2022 en la Comunidad fueron atendidos 11.000 pacientes adultos y 400 pacientes pediátricos por los Equipos Específicos de Cuidados Paliativos, tanto en su domicilio como en las unidades hospitalarias.

Calidad en la Fase Avanzada de la Enfermedad

En la Comunidad de Madrid, tal y como ratifica su ley de “Derechos y Garantías de las Personas en el Proceso de Morir”, se ofrece la adecuada atención profesional y humana para que la calidad de vida en la fase más avanzada de la enfermedad no sea un privilegio, y sea accesible a todos los ciudadanos.

Por ello, la Consejería de Sanidad sigue potenciando este tipo de asistencia a través de los Planes Estratégicos de Cuidados Paliativos, cuyos ejes fundamentales son la identificación de pacientes con necesidades paliativas, tanto en procesos oncológicos como no oncológicos, la ampliación de recursos, la continuidad asistencial, la investigación y la formación específica en esta materia.